Ver el código de «Reyes-hechicero»

Los reyes-hechicero gobiernan desde el centro de la vida urbana, de la que tomaron el poder largo tiempo atrás mediante medios arcanos. En todas las ciudades-estado que quedan, excepto en Tyr, los monarcas han gobernado por generaciones. Cada rey-hechicero es un formidable profanador y emplea su magia para prolongar su vida hasta la casi inmortalidad. En algunas ciudades, notablemente en Draj y Gulg, la gente ve al los reyes-hechicero como criaturas divinas. Adoración y obediencia al gobernante es normalmente obligatorio, con los templarios encargándose de vigilar la religión estatal.

Dentro de su ciudad, cada rey-hechicero tiene autoridad absoluta. La mayoría reside en palacios fortificados abarrotados de funcionarios y guardias intimidantes y pocas veces salen sin enormes séquitos y gran cantidad de guardias que los protejan. A los reyes-hechicero, solo se les pide que provean de alimento, agua, protección y cobijo a la gente de a pie.

Los reyes-hechicero protegen celosamente los secretos de la hechicería y no permiten hechiceros rivales en sus ciudades.

Todos se toman muy enserio el asunto de la hambruna. Cuando la población tiene hambre, ocurre una de dos, estalla una terrible revuelta, o la enfermedad hacen estragos por las calles. En cualquier caso, la población cae en picado. Los campos , sin cuidar, se vuelven estériles, las fortificaciones se derrumban por falta de reparaciones y la ciudad se debilita. En consecuencia la mayoría de reyes-hechicero toman acciones rápidas y decisivas, organizan ejércitos y marchan sobre otras ciudades para robar su comida y reabastecerse de esclavos.

Puesto que iniciar una guerra es la respuesta típica a los problemas internos de una ciudad, pocos reyes-hechicero se toman en serio los asuntos de la guerra. Todos mantienen ejércitos regulares, normalmente tienen algún gran proyecto defensivo en construcción, pero realmente dedican la mayor parte de su tiempo a la investigación mágica, argumentando que es para la defensa de sus súbditos, la realidad es otra bien distinta.

Los gobernantes de las ciudades-estado de Athas, están entre los más poderosos maestros del Sendero del planeta. Solo los mas poderosos doblegadores mentales podrían soñar con rivalizar con el dominio del Sendero de los reyes-hechicero.

La mayoría de los reyes-hechicero posee un arsenal psiónico y mágico diseñado para aumentar sus propias fuerzas o para salvaguardarlos de cualquier perjuicio. Además hay que contar que siempre están rodeados de un séquito entre los que se posiblemente se encuentren poderosos maestros del Sendero que les hayan jurado servidumbre. Algunos de ellos fueron instruidos por el propio monarca a una edad temprana y su lealtad está fuera de toda duda. Los reyes-hechicero no permitirán que nadie logre alcanzar su nivel de habilidad en el Sendero en un acto de prevención de futuros ataques. No solo son maestros del Sendero, sino que poseen una gran Voluntad.